En otros artículos os he hablado de una herramienta educativa muy importante: el juego. A través del juego, tanto competitivo como cooperativo, creamos vínculos saludables con los hijos y les ayudamos a desarrollar habilidades sociales relacionadas con la empatía, la motivación, la tolerancia a la frustración, etc. Hoy os quiero hablar de otra herramienta educativa fundamental: la lectura.
Cada 5 años se elabora el informe PIRLS (Estudio Internacional de Progreso en Comprensión lectora) a cargo de la IEA (International Asssociation for the Evaluations of the Educational Achievement). Del último estudio, que se publicó a finales del año pasado, se constata que los niños y las niñas de cuarto de primaria (de 8 a 9 años), cuyos padres leen con ellos en casa, llevan aproximadamente medio curso de ventaja respeto a los que no lo hacen. Las niñas, en general, llevan ventaja respecto a los niños, precisamente por su mejor comprensión lectora.
Leer es una actividad que fomenta el desarrollo psíquico de la persona. De hecho, la evolución cognitiva de la especie humana y el lenguaje han ido siempre de la mano. Cómo decía Edward Sapir, un importante lingüista norteamericano: “El lenguaje es el molde del pensamiento”. Una consecuencia importante de esta premisa es que la manera como hablamos a nuestros hijos incide directamente en su manera de pensar, sobre el mundo y sobre ellos mismos.
Así, pues, la lectura aporta enormes beneficios en el desarrollo cognitivo de nuestros hijos. La lectura de cuentos y de literatura adaptada en su edad desarrolla la imaginación, que es una facultad mental imprescindible para resolver problemas (no solo académicos, sino también de la vida cotidiana). La imaginación abre nuestra mente a buscar alternativas, a entender el pensamiento de los otros y potencia nuestra creatividad y el pensamiento divergente. Hoy en día se sabe que el pensamiento divergente o lateral, que permite relacionar ideas y procesos de forma creativa, para encontrar alternativas en la resolución de un problema, es tanto o más relevante que el lógico. La lectura potencia este tipo de pensamiento, además de aportar cultura, diversión y fomentar la capacidad de conversación.
Ayudar a vuestros hijos a que amen la lectura y disfruten con ella también les ayudará a no caer en adiciones a las pantallas, a los videojuegos y a las redes sociales adictivas como Instagram o TikTok, que tienen una “filosofía” que incita al consumo rápido y sin criterio de la información (Infinite Scrolling). Plantad buenas semillas educativas y, especialmente por la noche, cuando la mente se encuentra más sensible y abierta, leed un buen rato con ellos.
