Psicología sistémica y Coaching

Durante este período de confinamiento
SESIONES ONLINE
** 20 % descuento **

608 77 26 36

Generación Alfa: Nuevos retos educativos (III)

En anteriores artículos he hablado de los rasgos generales que presenta la juventud nacida a partir de 2010, la llamada generación alfa y sugería tener en cuenta un par de aspectos fundamentales para la construcción de la personalidad de estos niños y niñas. En primer lugar, tener mucho cuidado en no proyectar en ellos las frustraciones e inseguridades de los adultos. En segundo lugar, cuidar mucho el vínculo personal con ellos (físico/corporal, emocional, social y con la naturaleza).

Hoy quisiera hablaros de otros aspectos educativos y formativos que considero esenciales: la cooperación y la responsabilidad.

La digitalización de las comunicaciones y el uso de las redes sociales comporta una progresiva pérdida de la presencialidad. Estamos yendo hacia un Metaverso donde interactuaremos a través de avatares artificiales que nos representarán a la hora de relacionarnos con otras personas. Esto no es ciencia ficción, esto está aquí. La virtualidad de los juegos para los niños a través de las consolas y el móvil les empuja a familiarizarse en estos mundos virtuales en los que todo es posible y a menudo inmediato. Además, todo lo que ha generado el confinamiento y el distanciamiento social de la última pandemia han influido muy negativamente en el desarrollo de los niños que la han sufrido. Es un hecho constatado que estos niños han experimentado, por lo general, un retraso en el desarrollo del lenguaje hablado.

Tenemos dos ojos, uno al lado del otro, para poder ver el mundo en horizontal y saber qué ocurre a nuestro lado, lo que nos ayuda a tener en cuenta al otro e interaccionar con él. Pero ahora la mayoría de la gente fotografía el mundo con el móvil en vertical, aunque pueda hacerse también en horizontal. Es la cultura de la selfie, centrada en uno mismo. De hecho, ya han comenzado a aparecer trastornos en la percepción de uno mismo, que clínicamente se llama trastorno dismórfico corporal (TDC), fruto de los filtros que aplicamos a los autorretratos.

Si no queremos hijos egocéntricos, pero si con una autoestima bien consolidada, debemos reforzar el contacto presencial y la cooperación. La cooperación es un valor que abre nuestra mirada al otro y fomenta la responsabilidad. Esta actitud debe cultivarse desde pequeño. La sobreprotección aniquila la responsabilidad cuando les damos todo hecho. Hay que motivar a nuestros hijos con pequeños retos que puedan alcanzar: recoger los juguetes, guardar la servilleta, ayudar a lavar una lechuga o hacer una tarta, tender la ropa, etc. Todo en función de la edad. La salud es el resultado de una mirada amplia en la que nos cuidamos a nosotros mismos, teniendo en cuenta a los demás y al entorno.

Comparte el artículo:

Uso de Cookies Usamos cookies para proveerte del servicio y funciones propuestas en nuestra página web y para mejorar la experiencia de nuestros usuarios.   
Privacidad