El concepto de éxito es absolutamente subjetivo, depende de la escala de valores de cada cual. Hay quien valora más el prestigio, otros el estatus social o económico, otros la tranquilidad o los buenos vínculos familiares… En cualquier caso, la felicidad o el bienestar debe acompañar a nuestro estilo de vida para considerar que somos personas de éxito. El éxito es un concepto global y depende de la suma total de bienestar y realización en los diferentes ámbitos de la vida.
Si no somos capaces de construir una vida equilibrada en los diferentes ámbitos vitales (familiar, profesional, social y personal), podemos vernos “ahogados” por un exceso de éxito en uno de estos ámbitos. Como se dice vulgarmente, podemos “morir de éxito”.
A menudo, los padres valoramos el éxito de nuestros hijos en función de lo que hemos conseguido o de las oportunidades que no hemos sabido aprovechar, y olvidamos que es un estado que depende de cada uno.
Desgraciadamente, me encuentro con numerosos casos de matrimonios en riesgo de rotura por no cuidar adecuadamente este equilibrio. Y uno de los factores que más pesa es el exceso de dedicación profesional, que conlleva una insuficiente atención al ámbito familiar.
Los hombres tienen tendencia a una proyección profesional muy grande, por lo que llegan tarde a casa o muy estresados, y no pueden atender a la familia con la energía y el tiempo necesario. Las mujeres, inmersas también en esta carrera competitiva capitalista, olvidan a menudo su espacio personal, generando un desequilibrio insostenible a la larga. Ambas situaciones acaban afectando a la relación de pareja y, muchas veces también, a la salud.
¿Cuáles son los requisitos esenciales para tener éxito?
- Mirar a la familia de origen con respeto y sin una mirada punitiva. Los padres hicieron lo que pudieron y supieron, igual que nosotros. La mirada rencorosa hacia el pasado, resta energía para dedicarla al presente.
- Encontrar un buen equilibrio en todos los ámbitos de la vida y corregir el desvío antes de que sea demasiado tarde. Equilibrio es salud y alegría.
- Vivir en sintonía con los propios valores. Si la familia es prioritaria, es necesario demostrarlo con actos.
- Sentir que sostener la relación de pareja y la familia es cosa de dos. Si con la pareja no formamos un equipo comprometido en los retos comunes, el desgaste llevará a la incomprensión de la carga del otro y al distanciamiento.
Plantar estas cuatro semillas en el jardín familiar, hará más fácil que nuestros hijos, en la vida adulta, logren también un alto nivel de éxito.