Psicología sistémica y Coaching

Durante este período de confinamiento
SESIONES ONLINE
** 20 % descuento **

608 77 26 36

Las claves del éxito

El concepto y la vivencia del éxito en la vida es una cuestión muy subjetiva. Hay personas que relacionan el éxito con el estatus social y la riqueza material; otros consideran más importante tener un entorno social rico: relaciones personales o familiares satisfactorias; otros quizás considerarían que el éxito comporta libertad y la capacidad de hacer lo que te apetezca. En cualquier caso, ¿podríamos decir que tenemos éxito si no somos felices? Difícilmente.

Desgraciadamente, vivimos tiempo en que el aspecto material toma predominancia en la percepción social del éxito, puesto que es un factor muy visible (el tamaño de la casa, la potencia del coche, las marcas que nos visten, el tipo de vacaciones que disfrutamos…), y la vertiente emocional y espiritual queda relegada a un segundo término. El bienestar económico puede ayudar a sentirnos mejor, pero si el coste supone perder la salud, la tranquilidad o el bienestar familiar, ¿podemos decir que somos personas exitosas? ¿Qué es más importante?

Considero vital poder responder con claridad esta pregunta, porque esto implica priorizar unos valores u otros, y los valores son la brújula que nos orienta a la hora de tomar decisiones.

Todos los padres queremos que los hijos tengan éxito en la vida. De hecho, desde una mirada sistémica, la manera que tienen los hijos para honorar el que han recibido de los padres es respetándolos y teniendo éxito en la vida. Por otro lado, si el sistema educativo está al servicio de las personas, me pregunto en qué lugar queda la prevención de la salud, la educación en valores y la gestión de las emociones dentro del currículum académico. Pero, en cualquier caso, la responsabilidad mayor de la educación de los niños y niños recae siempre en los padres. A pesar de esto, muchos padres delegan esta responsabilidad en el sistema educativo; la mayor parte de las veces por carencia de tiempo y energía, puesto que destinan estos dos recursos a tener éxito (material). ¡Qué gran contradicción! Y así la rueda continúa girando… ¿Resultado? Frustración generalizada.

¿En qué orden pondríamos estos conceptos en la hora de educar nuestros hijos: HACER… TENER… SER…? Podemos enseñar a HACER para TENER. Este es el modelo de progreso que ha construido esta sociedad competitiva, depredadora y poco sostenible. O podemos enseñar a SER para sentirnos en plenitud.

SER implica autoestima, vínculo afectivo, confianza, respeto hacia uno mismo y hacia el otro. Porque yo no puedo SER feliz si el otro no lo es. El SER nadie nos lo puede robar, porque depende de un mismo. Todo el que TENEMOS, sí.

Comparte el artículo:

Uso de Cookies Usamos cookies para proveerte del servicio y funciones propuestas en nuestra página web y para mejorar la experiencia de nuestros usuarios.   
Privacidad